Pasó un tiempo, hasta que decidí volver aquí. Mis palabras ulteriores me marcaron el destino de este espacio y me costó escribir sin recordar y entristecerme.
El día que nos enteramos que Marmolado había muerto producto de un accidente, llovió. Finalmente y luego de varios días de angustia y esperanza cayeron rayos como si el cielo supiera algo.
Por fin pude llorar a cántaros y reconocerlo como un ángel que no lo veré más pero que estará siempre. Ojalá cuando me llegue la hora, se concrete la fantasía de encontrarme en el cielo con todos mis seres queridos y en ese momento Marmolado llegue a mi encuentro moviendo la cola y con sus orejas hasta el piso.
Me alegro de haberte conocido querido amigo. Hasta cualquier momento.